Podemos diferenciar dos tipos: labial o convencional y lingual. La técnica lingual implica que los brackets se colocan por detrás de las piezas dentarias, mientras que con la técnica convencional, están situados por delante.
- Brackets metálicos
- Brackets zafiro
- Brackets de porcelana
- Invisaling
Claro que sí. De hecho, en la actualidad es tendencia que personas adultas de cualquier edad quieran arreglarse los dientes de una vez por todas. La ortodoncia en adultos tendrá los mismos efectos positivos que en los niños.
Además de implicar una mejora de tu salud bucodental, supondrá una mejora estética evidente: una sonrisa amplia y bonita.
Los brackets
son el soporte que une el diente con el arco que ejercerá la fuerza necesaria para producir el movimiento del diente. Los brackets constan de una base que se une al diente, un vástago con una hendidura para que se introduzca el arco y unas ligaduras que agarran el arco. Las ligaduras son de gomas en la ortodoncia tradicional y unas pestañas en los brackets autoligables.
El arco ejerce una fuerza contra el bracket, que este distribuye en el diente, con el ángulo adecuado para realizar el desplazamiento de ese diente. El movimiento puede ser de baja fricción en el sentido del arco o de alta fricción si es necesaria la rotación de la pieza. Para realizar de manera adecuada estos movimientos es muy importante el ligamiento del bracket con el arco que será lo que soporte la presión o fuerza. Dentro de esta rama se pueden distinguir tres principales categorías, que van a depender de la estética que el paciente desee y de las indicaciones del facultativo que son: Brackets metálicos, zafiro y porcelana.
También conocido como la ortodoncia invisible. Es una técnica que permite colocar los dientes en la posición óptima, tanto funcional como estética, mediante unas férulas transparentes.
El sistema es sencillo; las piezas dentarias se van moviendo poco a poco con férulas de plástico. Estas férulas, que se cambian cada 15 días, presentan unas pequeñas modificaciones que van empujando poco a poco los dientes hacia donde los queremos colocar.
Un tratamiento con ortodoncia invisible tiene una duración que oscila entre los 12 y los 24 meses, dependiendo de cada caso concreto. En los pacientes más sencillos llegará a los 12 meses, mientras que en los casos más severos podremos llegar hasta los 24 meses.